Hace un par
de semanas atrás me encontraba en la casa de una compañera de la universidad,
era un día bastante caluroso en la selvática Buenos Aires y era mi segundo vaso
de agua, a través del vidrio del vaso pude ver un libro que llamó mi atención
por el título: "Mujeres que aman demasiado", no quiero mentir al
lector diciendo que lo he leido o lo leeré, porque no es un título que me
convoque a la lectura, y tampoco quiero generar discusiones entre quienes lo
han leído, porque contrario a lo que pueda parecer el tema de hoy no es el
libro, sino sencillamente aquella avalancha de pensamientos y construcciones
que generó en mi la idea de pensar en las "mujeres que aman
demasiado". Lo primero que inevitablemente pensé era si mi compañera
era de "esa clase de mujeres" y si lo era ¿que la hacía sentirse que
amaba demasiado? ¿Alguien se lo había dicho? ¿acaso tenía una lista de las
clásicas patadas en el corazón que la llevaba a sentirse catalogada de tal
forma? ¿qué o quién es una mujer que ama demasiado? ¿cuando se ama
demasiado?
y lo que más
me figuró esta frase: ¿y los hombres que aman demasiado?
No es
novedad que desde la antigüedad se ha asociado a la mujer con una mayor
tendencia (recurriendo a un término modernista) hacia la sensibilidad, la
contención y la protección tierna. Sólo por mencionar alguna referencia,
Freud en Totem y Tabu menciona como el camino del erotismo y la corriente
tierna se encuentra marcado por el laberinto maternal y, por su parte el legado
de la ley y la espiritualidad era designado por el padre. Lo anterior nos deja
pensar ya en una primera impresion del amor, ligado a nuestros progenitores, y
es que como lo mencionara tambien Freud, el amor designa un vínculo entre
"una varón y una mujer" (recordemos que en 1930 las parejas del mismo
sexo no tenían el lugar social que bien ha facilitado el respeto por la
elección de pareja en la actualidad), vínculo que signó ya desde un primer
momento nuestra llegada al mundo, se supone una llegada aterrizada en el sostén
del deseo y el placer parental.
En los
términos "esperados" los cuidados y la crianza parental fueron una
muestra de amor (o... ¿amor-odio?) que nos dio la posibilidad de sobrevivir al
abrumandor mundo que percibimos cuando nacemos, y justamente en la adaptación a
este mundo padres y madres tuvieron que sobrellevar nuestro vulnerable espíritu
y cuerpo por amor... ¿acaso no nos amaron demasiado?
Pensar hoy
por hoy en una "mujer que ama demasiado", no es cosa fácil, no me
atrevo a pensarlo como una categoría reduccionista con ítems que deben marcarse
con una x si se cumplen, porque ya como punto de partida habría que pensarse en
un interrogante maleable ¿que es amar demasiado?
El
consumismo post-modernista ligado a la desesperación y por que no decirlo a la
desesperanza emocional de las relaciones humanas, ha acentuado esa posición
patriarcal para mi gusto, de continuar viendo al amor como cosa de mujeres ,
por eso se puede encontrar en la televisión, en la radio, en internet y en las
librerías (insisto nuevamente en que no es mi intención generar ninguna postura
frente al libro que mencioné arriba) miles de discursos irresponsables que
favorecen posiciones "auto", auto-ayuda, auto-superación,
auto-motivación, que promueven a mi forma de ver, la imposibilidad de pensar en
que tenemos derecho a frustarnos, a sufrir, a fracasar, a lastimar y ser
lastimados y nos desligan de la subjetividad prensente en la vinculación con el
otro (llamase hombre o mujer), una cultura que si bien lucha por la equidad de
género, por la igualdad de condiciones hombre-mujer, por superar la guerra
entre géneros y convertirla en una colaboración y sostén mutuo (y en este punto
me permito felicitar a los discursos actuales feministas), sigue abriendo los
caminos para el autoerotismo compulsivo, llevando a pensar al amor, la ternura,
la fuerza y la ley como cosas de uno u otro bando.
Por mi parte
creo que si se habla de mujeres que aman demasiado necesariamente lleva a
pensar en hombres que aman demasiado, y no porque no pueda pensar que "a
nosotras nos toque y a ellos no" es porque el amor es cosa de la
humanidad, y el amar demasiado dudo mucho que pueda acentuarse en un
criterio unificado... quizás yo he amado demasiado, quien sabe, quizás miles de
personas hayan amado demasiado.. pero acaso ¿no hace parte de nuestra
experiencia vital el amar? quizás exista algun sentido patológico que verse
sobre la frase "mujeres que aman demasiado", y si es así ¿cuándo fue
que permitimos que el amor se nos convirtiera en una enfermedad?
... No
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